Las mentiras de la agrupación “Mexicanos Primero”
Cuando
verdaderamente se tiene un propósito noble como es el de alcanzar una educación
de calidad, en el que estamos comprometidos todos, se busca sumar voluntades
por medio del diálogo sereno, del acuerdo, del consenso, del respeto mutuo, de
la conciliación, de acciones que propicien el esfuerzo colectivo; pero cuando
se proclama apasionado amor por una causa, pero se intenta perjudicar y
desprestigiar, por medio de la confrontación y la mentira, como hace el señor
Claudio X. González y la llamada agrupación “Mexicanos Primero”, entonces es
muy razonable concluir que sus objetivos no son sanos ni bien intencionados,
pues no es nada constructivo promover acusaciones falsas para descalificar el
trabajo de los sindicatos y dañar la imagen de los maestros de México.
Por ello,
tiene mucha razón el SNTE, cuando en un comunicado que se dio a conocer la
semana anterior, señala que el señor X. González, de manera irresponsable,
descalifica el trabajo de los comisionados de la organización gremial y ataca
al sindicalismo mexicano; y que en el fondo, lo que pretende es desprestigiar a
la educación pública favoreciendo a las escuelas privadas que representan
lucrativos negocios para el sector empresarial.
El SNTE también
manifestó, que es evidente que hay grupos a los que conviene ignorar la
necesidad que los trabajadores tienen de organizarse, de constituirse
como un sindicato fuerte para colectivamente aspirar no solo a mejorar
sus condiciones de vida, sino a ser el dique que contenga los embates contra la
escuela pública de parte de los sectores más conservadores de la sociedad
mexicana.
Asimismo,
el organismo gremial precisó que el señor X. González miente cuando dice que
los comisionados están fuera de la ley y que suman 22 mil, como mintió cuando
denunció en diciembre pasado el supuesto pago millonario a docentes. (Fin de la
cita).
En
efecto, como bien dice el SNTE, las comisiones sindicales con goce de sueldo no
son ilegales, ya que la autoridad educativa las aprueba de acuerdo con el
sindicato, con fundamento en el artículo 43 fracción VIII inciso a) de la Ley
Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (LFTSE), que a la letra dice
“Son obligaciones de los titulares (…) Conceder licencias a sus trabajadores,
sin menoscabo de sus derechos y antigüedad y en los términos de las Condiciones
Generales de Trabajo, en los siguientes casos: (…) Para el desempeño de
comisiones sindicales”.
Es cierto
que el artículo 51 del Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo del
Personal de la SEP dice que las licencias para el desempeño de comisiones
sindicales se considerarán sin goce de sueldo, pero este reglamento tiene
jerarquía inferior a la LFTSE, y la realidad es que desde hace muchos años esa
disposición ha quedado modificada, pues la autoridad, al otorgar
licencias sindicales con goce de sueldo, ejerce una facultad que le confiere la
norma jurídica y fija legalmente un criterio en este aspecto, de conformidad
con las atribuciones que le concede el artículo 87 de la Ley Federal de los
Trabajadores al Servicio del Estado, que establece que “Las Condiciones
Generales de Trabajo se fijarán por el Titular de la Dependencia respectiva,
tomando en cuenta la opinión del Sindicato correspondiente a solicitud de éste,
se revisarán cada tres años”.
Importa
subrayar, que el mencionado Reglamento de las Condiciones de Trabajo del
Personal de la Secretaría de Educación Pública, se expidió el 4 de enero de
1946, hace 67 años, con fundamento en los artículos 63 y 64 del Estatuto
Jurídico de los Trabajadores al Servicio de los Poderes de la Unión,
sustentación jurídica que dejó de existir hace más de 49 años, pues se abrogó
el 28 de diciembre de 1963, al aprobarse la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado, reglamentaria del Apartado B del artículo 123 de la
Constitución, razón por la cual muchas de las disposiciones del citado
ordenamiento, han tenido que ser actualizadas, con base en las facultades que
le confiere la LFTSE a la propia autoridad educativa, la cual ha elaborado una
normatividad que contempla, entre otros, los procedimientos y lineamientos para
otorgar las comisiones sindicales.
En ese
contexto, existe la necesidad de que la SEP, tomando en cuenta la opinión del
sindicato, tal como lo establece la LFTSE, actualice en su totalidad el
referido Reglamento, tal como lo han hecho en otras Secretarías del Poder
Ejecutivo Federal. De hecho, como bien lo señaló la semana pasada la licenciada
Soralla Bañuelos de la Torre, coordinadora del Colegiado de Asuntos Jurídicos
del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, en el ámbito educativo “hay muchos
reglamentos de las condiciones generales de trabajo, pactados con los gobiernos
estatales, (que) establecen las licencias con goce de sueldo para la
representación sindical".
En tales
circunstancias, es pertinente resaltar, una vez más, el trabajo laborioso que
llevan a cabo en forma cotidiana los trabajadores de la educación que
estatutariamente tienen un cargo de representación sindical en las entidades y
en el ámbito nacional, para atender a un millón 750 mil trabajadores de la
educación, entre activos y jubilados, que son miembros de la citada
organización gremial.
En ese sentido,
solamente personas mal intencionadas o carentes de información, pueden dejar de
comprender y valorar las innegables aportaciones que hace la dirigencia del
gremio a la educación, pues tal como lo expresa el SNTE en el comunicado de
referencia, “los comisionados sindicales son electos en sus congresos, integran
comisiones mixtas de trabajo para atender las múltiples labores educativas,
laborales y administrativas en todo el país y en ninguno de estos casos existe
la posibilidad de incumplir la función asignada”
Es por eso, que
la función legal de la dirigencia del SNTE tiene mucho valor para la
educación pública, ya que es un permanente ejercicio de responsabilidad, pues
defiende los derechos y busca mejorar las condiciones laborales de sus
agremiados, con base en el diálogo, la negociación y otros medios de acción
sindical, pero sin suspender clases en las escuelas, lo cual contribuye en gran
medida a dar estabilidad al sistema educativo y a generar una tranquilidad
laboral que tiene gran relevancia, ya que no se puede hablar de calidad
educativa ni de ningún avance, si existe inconformidad, agitación y
convulsiones entre los maestros y trabajadores de la educación.
Como
otras veces hemos afirmado en este mismo espacio, en un ambiente de protestas
generalizadas, con marchas y plantones como métodos de lucha, como ya han
existido en Sonora y, se viven actualmente en algunos estados del país, no se
puede hablar, ya no digo de calidad educativa, sino ni siquiera de un
desarrollo normal de labores en las escuelas, ni del desempeño tranquilo de las
tareas administrativas de las autoridades educativas, muchas veces
obstaculizadas por la toma de edificios oficiales.
Para no
ir muy lejos en el tiempo, vea lo que ocurrió el pasado viernes en Oaxaca,
jurisdicción de la Sección 22 del SNTE, militante de la Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación (CNTE), que al realizar una serie de
movilizaciones de maestros, dejó sin clases a más de un millón 300,000
alumnos de nivel básico en la entidad, lo cual sí es un gran perjuicio para la
educación pública.
Por todo
lo expresado, es una gran mentira lo que afirma la agrupación “Mexicanos
Primero”, que la cuestión de los comisionados sea una fuente ilegal de
financiamiento del SNTE, ya que esta situación deriva de acuerdos legales con
los gobiernos federal y estatales, plenamente justificados y respaldados por la
norma jurídica, como ya quedó debidamente probado, en líneas precedentes.
En
consecuencia, es falso también lo que asevera la referida agrupación
empresarial, de que la circunstancia anterior, contradiga la posibilidad de que
el sistema público de educación cumpla su función de combatir la pobreza, la
marginación y la ignorancia, porque si a esas vamos, lo que sí contradice esa
posibilidad, es el Decreto del Gobierno Federal que modificó la política fiscal
para otorgar beneficios de deducibilidad de impuestos en el pago de
colegiaturas que representan alrededor de 13 mil millones de pesos (según las
proyecciones del propio Gobierno Federal), cantidad ésta que debería aplicarse
a las escuelas públicas, tal como lo apuntó recientemente el sindicato en
el documento: “¿Por qué luchamos hoy? El SNTE: los maestros que sí queremos
cambiar a México”.
Con todo,
es de esperarse que por el bien de la educación pública y del país, se superen
diferencias y se aleje la confrontación, pues si no hay armonía, paz social
y conciliación, no habrá tampoco un mejor futuro para nadie.